
Es indudable que la memoria forma parte del desarrollo intelectual de cualquier ser humano, dejando de lado posibles debates sobre la importancia que tiene ésta sobre otros ámbitos cognitivos. En el caso de los niños, además, supone una parte esencial en su progreso escolar.
No son pocos los padres que entran en pánico al descubrir que, por algún motivo, la capacidad retentiva de su pequeño o pequeña no es la esperada. Ante todo hay que dejar claro que esto es posible que se deba a que tenga otros ámbitos de inteligencia más desarrollados. De igual forma, la memoria podría decirse que funciona como un músculo más: a mayor entreno, mayor desarrollo.
El primer factor que debemos tener en consideración es la edad del niño o niña para poder adoptar una metodología más precisa, ya que sólo empiezan a ser conscientes de su yo protagonista en torno a los tres años de edad. En cualquier caso, hay una serie de pautas que podrían aplicarse por igual:
- Lo atractivo implica lo positivo. Si la fórmula empleada es asociada como un castigo, evitará la tarea.
- Las rimas y pareados con las palabras clave suelen ser un acierto, ya que les es más fácil recordar un conjunto en retahíla.
- Otra opción muy válida es la cadena de palabras, en la que pueden participar varias personas. El objetivo es comenzar con una palabra o frase corta e ir añadiendo palabras conforme pase el turno, de tal forma que el último participante debe recordar una frase más compleja.
- Aprender letras de canciones es una forma divertida de conseguir que ejerciten memoria y se diviertan a la vez, siempre adaptadas a la edad e incrementando la dificultad a medida que crezca. Un ejemplo que seguro que disfrutan es cantar e interpretar el tema de su película favorita.
- Los trabalenguas suponen a su vez un doble reto: por un lado deben recordar y por otro esforzarse en pronunciarlo correctamente.
- La mnemotecnia es básica para el proceso de memorización tanto de niños como de adultos. Ésta se basa en asociar un concepto con otro que nos sea fácil recordar como, por ejemplo, una fecha o un acrónimo. Siempre será más fácil recordar algo que coincida con una fecha especial o desarrollarlo a partir de una letra.
- Por último, la técnica de memorización de imágenes supone un ejercicio muy completo y divertido. Tras un breve periodo de exposición visual, el niño debe ser capaz de recordar detalles concretos de manera oral o plástica, ya que los colores son muy visuales.
Lo más importante es recordar que cada pequeño tiene una serie de necesidades y velocidades procesales distintas, así que no hay mejor consejo que emplear mucho cariño y paciencia, que siempre son claves en cualquier aprendizaje.