
En otro post concreto publicado previamente comentamos los factores a tener en cuenta a la hora de elegir un tipo de pluma estilográfica, además de resaltar su cada vez mayor progresivo desuso, esencialmente en escuelas.
Es innegable que la pluma estilográfica es sinónimo de aristocracia, exclusividad, romanticismo en estado puro. El ritmo frenético que nos impone la sociedad de hoy en día, no nos permite apenas a los que hemos entrado en la vida adulta y disfrutamos con este arte, tomarnos un rato para disfrutar de la impregnación de la tinta en el papel.
En cuanto a los niños se refiere, es importante recalcar que la pluma estilográfica no resulta adecuada en la etapa de iniciarse en el proceso de escritura, dadas sus frágiles características y la posibilidad de ingesta de tinta. Sin embargo, a medida que ellos crezcan y desarrollen un gusto por esta técnica, el fomento del uso de la pluma puede resultar tremendamente positivo en el futuro.
Ahora bien, ¿cuándo elegir cada una de estas herramientas?
Tabla de contenidos
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- Está indicado en el proceso de abandono del lapicero, pues el niño puede no coordinar la presión que realiza al escribir en papel. La punta del bolígrafo es mucho más resistente.
- La tinta es mucho más duradera, en la mayoría de los casos cuando ésta se acaba, se deshecha el bolígrafo y se reemplaza por otro nuevo. Un bolígrafo estándar puede ser capaz de escribir muchos kilómetros de longitud.
- El precio, en comparación de modelos similares, es más asequible.
- Hay menor riesgo de ingesta o desperdicio de la tinta.
Pluma
- El trazo es mucho más suave, delicado y personal.
- Si el niño desarrolla afición a la escritura, es mucho más probable que mantenga este hábito en el futuro, pues se sentirá mucho más a gusto y podrá adaptar su caligrafía de una manera más exclusiva.
- Cabe recalcar que, con respecto a la tinta, existen dos tipos de llenado: cartucho o émbolo. El primero siempre es más recomendable para uso escolar, ya que resulta más económico y menos engorroso.
En cuestiones de salud no hay diferencias: Escribir es un ejercicio muy saludable, pues pone en funcionamiento muchas actividades cerebrales que son fundamentales para el desarrollo y el mantenimiento. La herramienta, en este caso, es elección propia. ¿Estáis de acuerdo? ¿Qué elegís para vuestros hijos, bolígrafo o pluma estilográfica?