
¿Alguna vez te has preguntado como surgieron las primeras plumas estilográficas? Este utensilio de escritura tan sofisticado que en muchas ocasiones asociamos a la época de la Edad Media y a los monjes que se dedicaban a crear a mano infinidad de libros tiene en realidad su origen en el antiguo Egipto.
Así, los escribas del antiguo Egipto utilizaban una especie de pluma arcaica para hacer sus escritos. Sin embargo, no sería hasta el siglo X cuando encontramos el primer registro histórico con una pluma con depósito de tinta, a pesar de que no se conservan ejemplares de la misma.
A partir de la primera mitad del siglo XIX se comendo un lento progreso en el desarrollo de una pluma fiable. Esto se debió a los problemas causados por la falta de entendimiento del papel, ya que la presión del aire está en la pluma, así como al uso de tintas muy corrosivas.
En mayo de 1827 el Estado francés concedió al rumano Perache Poenaru la patente de la primera pluma estilográfica o pluma con cartucho de tinta reemplazable. A partir del año 1850 se produjo un importante impulso en las patentes y en la producción de plumas estilográficas. No obstante, a pesar de todo ello, no fue hasta la invención de tres elementos clave que las plumas estilográficas se popularizaran como herramienta de escritura. Estos inventos fueron el plumín de oro con punta de iridio, el libre flujo de tinta y la goma vulcanizada.
De esta forma, a partir del año 1870 el canadiense Duncan MacKinnon y el estadounidense Alonzo T. Cross comenzaron a crear o plumas estilográficas con un plumín hueco que empleaba un alambre como válvulas. Se trata de una tipología de pluma muy usada en el diseño técnico, hasta que, a partir de 1880 empezaron a producirse en masa.
No obstante, a pesar de ser los precursores de las modernas plumas estilográficas, aún se planteaban ciertos problemas. Así, para recargar las plumas era necesario desatornillar una parte del depósito y añadir la tinta con un cuentagotas. Se trataba sin duda de un método lento y engorroso. Otro de los problemas era la tendencia a derramar tinta dentro de los capuchones así como en la junta por donde se abría el depósito.
En este sentido se desarrollaron sistemas de llenado como el depósito flexible Crescent. Por su parte, la solución a los escapes de tinta pasó por la pluma de seguridad con plumín retráctil o los capuchones de rosca.
Hoy en día, las plumas estilográficas han solucionado todos sus problemas, convirtiéndose en un método de escritura perfecto, muy utilizado para el dibujo técnico o la caligrafía por su espectacular trazado. Actualmente encontramos una gran variedad de plumas estilográficas, como las que tienes en Material Escolar, aunque las tendencias se centran en modelos desechables de colores vivos y precios asequibles. ¿Ya tienes la tuya?