Los deberes escolares son una parte fundamental de la educación de nuestro hijo: ayudan a fijar conceptos aprendidos en clase y fomentan la responsabilidad y la organización. Los padres no podemos hacer los deberes por nuestros hijos, sin embargo podemos acompañarles en su realización y aportarles habilidades que les permitan enfrentarse a sus tareas con éxito.
Os recomendamos que sigáis las siguientes pautas para conseguir que vuestro hijo tenga éxito en sus deberes:
1) Conoce a los profesores de tu hijo y los objetivos que tiene que cumplir: asiste a las reuniones escolares de padres y profesores. Pregúntales sus expectativas respecto a los deberes y que implicación que creen que deberías tener tú.
2) Establece un área adecuada para que tu hijo haga los deberes: bien iluminada y con abundante material escolar: papel, lápices, tijeras y pegamento.
3) Establece un horario regular para hacer las tareas, ya sea después de merendar, tras pasar un rato de juego, o después de cenar.
4) Anima a tu hijo a diseñar un plan de trabajo: enséñale a dividir la las tares más largas y complejas en partes más simples y manejables. Permítele que se tome quince minutos de descanso tras cada hora de trabajo.
5) Reduce las distracciones al mínimo: elimina la televisión, la música alta y los móviles. Sin embargo, considera que dejarle llamar a un compañero de clase para preguntarle sobre las tareas puede ser muy útil.
6) Tu hijo debe hacer su propio trabajo: uno de los objetivos de los deberes es que aprenda por sí mismo, cometa sus propios errores, los localice y los corrija. Tu función debe ser puramente orientativa
7) Supervisión: vigila que cumple sus deberes con diligencia y trasmítele que estás ahí para solventar sus dudas.
8) Dale un buen ejemplo: los hijos suelen imitar los hábitos de sus padres, como la lectura y la buena organización del tiempo.
9) Premia su esfuerzo y elogia su trabajo cuando lo merezca: comenta sus éxitos académicos con los parientes
10) Si detectas bajo rendimiento en las tares escolares de tu hijo habla con el profesor. Tal vez haya algún problema subyacente: quizás tu hijo necesite gafas o tenga un déficit de atención.
Y recuerda que también nosotros podemos aprender muchas cosas de nuestros hijos durante el proceso.